lunes, 28 de febrero de 2011

Sandra Ramírez Villeda, Maestría en Historia, ICSyH - BUAP

Itinerarios revolucionarios en México. Una aproximación a la labor militante de tres extranjeros comunistas (1919-1930).


Introducción:


De todos los procesos armados que ha vivido México, uno de los más importantes por el impacto que tuvo en la organización del Estado, es indudablemente la Revolución de 1910 que tuvo importantes precedentes en las huelgas de Cananea y Río Blanco, reprimidas sin miramientos por el gobierno de Porfirio Díaz. Ciertamente, no puede perderse de vista el papel relevante que dos grupos sociales tuvieron en el movimiento armado: los campesinos y los obreros que exigían la reivindicación de sus derechos. Sus demandas y su participación motivó que los gobiernos de Álvaro Obregón y Plutarco E. Calles se vieran obligados a conceder ciertos beneficios a estos sectores marginados de  la sociedad, plasmando en artículos constitucionales que incluían jornada laboral de ocho horas, el derecho a huelga y a manifestarse, así como la formación de sus agrupaciones  sindicales supuestamente arropadas por un Estado de corte paternalista y protector de sus derechos y libertades.

Esto desafortunadamente no fue sino una estrategia de los gobiernos posrevolucionarios, que nunca tuvieron la intención de proteger a los más necesitados, sino por el contrario, controlar y manipular a los grupos que podían sublevarse a través de organizaciones manejadas por el propio poder central y encabezadas por líderes oficiales como el cromista por Luis A. Morones. Por otra parte también fue importante exhibir al exterior una supuesta apertura a diferentes corrientes ideológicas que mostraron la imagen de que México era un verdadero paraíso desde el cual era posible avanzar en la lucha por los derechos de los trabajadores. Esto generó falsas expectativas a extranjeros que vinieron al país con la idea de que serían bienvenidos y podrían llevar a cabo sin contratiempos, y con apoyo gubernamental, sus luchas por libertades y derechos que enarbolaban las corrientes políticas de izquierda y que en sus países de origen les estaban vetados.

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